La Fundación realiza una donación a la familia de José María para que un síndrome Down con parálisis cerebral pueda tener una vida más llevadera
Todos nos marcamos unas metas en la vida y, a veces, estas se convierten en verdaderos retos. Para la familia de Puerto Serrano formada por Mariana y José María, cada mañana y cada noche se plantean como un día más que superar. Su hijo, José María, de 14 años, nació con síndrome Down y otras complicaciones de salud que hicieron que no pudiera comunicarse ni caminar hasta los 7 años. Sin embargo, a pesar de sus dificultades, José María llevaba una vida casi normal.
Pero desde hace dos años, su estado de salud se ha ido deteriorando, hasta el punto de que tuvo que ser intervenido en el hospital. A raíz de esta operación, su salud mental y su capacidad motora disminuyeron considerablemente, con lo que su vida quedó cada vez más limitada en sus interacciones con los demás y en sus salidas de casa. También, a partir de este momento, a su disfunción cerebral y muscular se le unió el que, hasta dos veces al día, José María empieza a sufrir ataques epilépticos que deben ser controlados con la fortaleza de su familia y con la medicación pautada.
José María tiene la suerte de contar con unos padres totalmente entregados a su hijo y esto hace que el joven pueda disfrutar de cada instante. Lo que más le gusta hacer al protagonista de esta historia, cuando conoce a alguien nuevo, es jugar a combinar la pelota y pedir, entre sonidos guturales y gestos, que lo lleven a dar un paseo. José María adora salir de casa y sonreírle a cada uno de sus vecinos que va encontrando por la calle.
Pero José María ha nacido en una familia humilde, cuyo padre sufre una minusvalía y cuya madre no puede trabajar porque debe pasar las 24 horas del día junto a él atendiendo todas sus necesidades. Su madre, cada día sufre más de su espalda y presenta mayores dificultades para poder mover a su hijo de la cama a la silla de ruedas o de la silla de ruedas al baño.
Son unos padres que viven para un hijo con una vida afectada de forma crónica, una vida dura y difícil que deja muy pocos momentos de desasosiego, pues incluso por las noches Mariana debe estar alerta para atender a su hijo en caso de que le dé un ataque epiléptico. De ahí que, mediante la Asociación “Mirando a tu alrededor” decidiera ponerse en contacto con la Fundación para solicitar una ayuda que le haga a la familia una vida algo más llevadera.
Tras valorar su situación, la Comisión de la Fundación no dudó en ayudar a esta familia mediante una donación que podría hacerles el día a día más fácil a todos gracias a la reforma del cuarto de baño, a una grúa para mover a pacientes enfermos y a una silla de ruedas eléctrica adaptada a sus necesidades.
Tanto la familia de José María como el propio joven no dudaron en manifestar su dicha por el acto de generosidad que ha tenido la Fundación con ellos y quisieron personalmente dar las gracias a uno de los miembros del Patronato, María del Carmen López Mariscal, quien hizo entrega de la donación.
Por su parte, la presidenta de la Asociación “Mirando a tu alrededor”, quien también estuvo presente en el acto de la donación, aseguró que ellos ya se habían puesto manos a la obra para llevar a cabo un festival benéfico y poder ayudar a esta familia, pero que gracias a la generosidad de la Fundación dicho festival, que pretendía recoger fondos, se ha anulado y que, en definitiva, le están muy agradecidos por la ayuda que ha recibido esta familia y este joven, al que lo que más le gusta ahora es pasear en su nueva silla de ruedas por cada uno de los rincones de su localidad.