El concepto de grupo vulnerable es cierto que hoy está sometido a un intenso debate, pero considerar como grupo o comunidad vulnerable a aquellas personas que, por circunstancias de pobreza, origen étnico, estado de salud, edad, género, o discapacidad, se encuentran en una situación de mayor indefensión para hacer frente a los problemas que les plantea la vida, sin contar con recursos, hoy en día, no solo una consideración, sino una realidad que viven muchos niños y niñas de Uganda. Además, en todo el planeta, también hay grandes amenazas que se ciernen sobre la niñez en todo el planeta, como son la pobreza, los conflictos armados y enfermedades como el sida.

La Asociación Acción Voluntarios es muy consciente de todo ello y, ante esta amarga y cruda realidad, decidieron llevar a cabo algunas iniciativas que pudieran propiciar cambios significativos en la vida de los más vulnerables. Al igual que la Fundación López Mariscal, saben que estas transformaciones se producen cuando las personas reciben una formación y una educación. Sobre la formación y la educación se asientan las bases de todos esos cambios que propician un mundo mejor.

Por esta razón, la Asociación Acción Voluntarios, no dudó en llamar a las puertas de la Fundación López Mariscal, en el mes de noviembre, del pasado año 2023, para presentar un proyecto basado en la educación de niños y niñas de Uganda, concretamente de Mushunga, en el noroeste del país. En esa tierra se encuentra un orfanato con unos 130 niños y niñas, que aspiran a un futuro mejor y cuyo anhelo es recibir educación, alimentos y recursos para mantenerse cada día, algo que para ellos es un regalo de la vida y los hace muy felices.
El propósito que se le presentó a Jose Luis López Fernández, presidente de la fundación, era abordar este gran desafío en un rincón del planeta, totalmente olvidado por el mundo, pero donde es mucho más necesaria la educación que en el resto de países europeos, de donde se intentan conseguir los recursos económicos para lograr la construcción de una escuela en ese lugar de África. El plan era conseguir la última aportación económica para la construcción de la ampliación de una escuela donde los jóvenes, huérfanos en su mayoría, no solo encuentran lo académico, sino también, el sustento diario que los mantiene vivos. Todo un reto que la fundación y su presidente no dudaron, en ningún momento, en aceptar.
A cambio, la Asociación Acción Voluntarios, con el propósito de que los niños y niñas de Ubrique conocieran la realidad que viven estos jóvenes en Uganda, llevaron a cabo en la fundación, un proyecto para conectarles con sus pares en África. Consistía en un intercambio de cartas, escritas en esta ocasión por el alumnado del Programa ADVANCE de la fundación, para que la magia de las letras y los deseos de buenas intenciones, consiguieran inyectar ilusión y felicidad a estos chicos y chicas, que tal difícilmente logran sobrevivir. Esta correspondencia les llegó a los chicos y chicas del orfanato en el mes de enero, fecha en la que también se iniciaron las obras de la ampliación de la escuela que los acoge.

El proyecto, gracias a las aportaciones económicas, tiene previsto que se finalice la construcción dentro de pocos meses y la idea, según Conchi Ilanes, presidenta de la asociación, es elaborar un documental para hacer visible todo el desarrollo del proyecto. Desde la fundación estamos ya ansiosos por ver este reportaje audiovisual que capturará el deseo y la emoción de una experiencia única, con la que se demostrará que la ayuda, la donación y el seguimiento adecuado, hacia proyecto de estas características, donde la educación es esencial, son posibles.