Hoy 8 de junio, pasamos de Fase y nos situamos en la tercera dentro de la desescalada. En nuestra comunidad autónoma, además de concedernos las mismas licencias que en otras regiones que también han pasado de fase, se nos permite viajar de una provincia andaluza a otra.

En esta desescalada los psicólogos recomiendan la autoconciencia. Esta no es más que una función psicológica innata que nos permite respuestas más adecuadas ante una situación determinada. Es la habilidad de reconocer y entender los propios estados emocionales y físicos que te da tu cuerpo y tu mente.

Sin embargo, los especialistas reconocen que cuando nos enfrentamos a situaciones de estrés, la autoconciencia puede verse superada y puede producir en la persona patrones de conducta menos adecuados para afrontar la situación. “Es cierto que todas las personas cometemos errores, pero analizando por qué los cometemos, podemos mejorar”,  afirma el Psicólogo Sanitario y Forense, José Antonio Galiani, Director de Centro Psicosanitario Galiani, quien además asegura que “La clave de la autoconciencia está en desarrollar un diálogo interno constructivo. Convertirnos en nuestro mejor amigo. Al igual que escuchas a tus amigos en situaciones difíciles, debes escucharte a ti mismo ante situaciones que te causan estrés”.

Además de la autoconciencia, ¿qué conductas de comportamiento psicológico debemos tener claras en este nuevo paso que vamos a dar en la desescalada?

La Covid-19 dejará más o menos huella psicológica en las personas. Y esta huella será más o menos grande en función de los recursos que cada uno tengamos para hacerle frente a los miedos que nos provoque.

Hemos de decir, que todas las variedades del miedo empeoran si no se les hace frente. En este caso, el mejor procedimiento es tener claro que las salidas deben ser graduales, de manera que cada uno pueda ir regulando qué necesita y cómo.

La preocupación es una modalidad del miedo, y todas las modalidades del miedo provocan fatiga. Ahora bien, el miedo, en su forma más dañina, surge cuando existe cierto peligro que no queremos afrontar y, en muchas ocasiones, también se solicita para ello la ayuda psicológica.

Cada uno tenemos nuestros tiempos, ello disminuirá la ansiedad, el estrés y la frustración que conllevaría hacerlo sin sentirse preparado o siguiendo el ritmo de los demás, pero siempre debemos tener presente que no debemos normalizar ciertas formas desadaptativas de disponerse ante la realidad.

Los consejos de un profesional siempre ayudan en esta nueva situación, así que nos quedamos con el mensaje de que a través del desarrollo de la autoconciencia, generaremos el autocuidado de nuestra salud y de las personas que nos rodean, obteniendo un resultado final de compromiso y responsabilidad.

Para finalizar, nos gustaría escuchar de un profesional psicosanitario, ¿qué vamos a aprender de todo esto? Y, ¿con qué nos quedaremos al final?

La vida nos ha traído una oportunidad maravillosa para reflexionar sobre cosas que tal vez no reflexionaríamos nunca.

Lo primero que debemos entender es que, en aquello en lo que ponemos nuestra energía, será lo que veremos y lo que sentimos. Ya lo dice el eslogan de Centro Psiosanitario Galiani: Somos lo que pensamos, Somos lo que sentimos.

Asimismo, debemos reconocer que, a veces, nos obsesionamos con querer controlar lo que nos pasa y lo que no nos pasa: cómo son los demás, cómo se comportan, que nos traten con respeto, que la vida nos trate bien…

Queremos una vida controlada, agendada y planificada. Vivimos en la soberbia de creer que controlamos algo. Y desde ahí, desde esa necesidad tan de nuestro ego, todo lo que no se corresponde con lo que debería ser, se convierte en una gran tragedia.

Ésta es la ironía del proceso del “control” del pensamiento: cuanta más energía concentras en intentar controlar tus miedos, más te controlan ellos a ti.

Este aprendizaje en la autogestión de nuestros pensamientos autodestructivos puede ser la gran enseñanza que nos deje esta pandemia.

En la medida en que yo aprenda a soltar mis pensamientos autodestructivos, más fácil va a ser avanzar y disolver nuestro “atasco mental”. Cuanto menos me desgarre por aquello que tememos o que se fue, mejor voy a poder recorrer el camino que sigue.

Por eso, veamos el escenario que tenemos ante nosotros como una gran oportunidad de crecimiento personal y no como una gran amenaza para nuestra vida.