El viernes nos dirigimos a las clases un poco tristes, ya que fue nuestro último día en la academia y tuvimos que despedirnos de los que fueron nuestros profesores durante esas dos semanas y de los compañeros de clase que tanto cariño les cogimos.
Tras las clases estábamos un poco cansadas, así que nos fuimos a descansar a casa y por la tarde decidimos ir a ver el atardecer a Primrose Hill Park, y menos mal que fuimos porque las vistas fueron preciosas y se convirtió en uno de los mejores momentos que vivimos en Londres.
Nerea