El voluntariado de la Fundación López Mariscal considera que dedicar unas horas de su tiempo, a aquellas personas que se sienten solas o que que necesitan de los demás, no le ha supuesto ningún sacrificio. Todo lo contrario, les ha traído consigo una lección de vida. Un aprendizaje para reconocer que el día a día, para algunos, puede ser más duro de lo que ellos podían imaginar.

Cada una de las actuaciones del voluntariado les ayudado a crecer y a comprobar que, a cambio de lo que ellos consideran poco, se recibe mucho. Una sonrisa, un gesto cariñoso o un abrazo de aquel que te necesita. Gestos cargados de afecto que se les viene a la memoria cuando piensan en la palabra VOLUNTARIADO.

Estas pocas líneas resumen parte de lo que es el programa de voluntariado de la Fundación López Mariscal, un programa que se puso en marcha el pasado mes de septiembre y que ha contado con más de 50 jóvenes, que cada semana han cedido parte de su tiempo a los demás. Por ello, la Fundación ha querido hacer una primera valoración de cómo creen ellos que ha funcionado el programa desde la playa, pues con estas altas temperaturas, sin duda, es el mejor lugar de encuentro para valorar si se han cumplido objetivos.

Días antes, el voluntariado también había recibido sus certificaciones por su contribución al programa de voluntario de la Fundación. La encargada de agradecerles la participación fue María del Carmen López Mariscal, patrono y secretaria de la Fundación, en la que su padre José Luis López es el presidente.

De nuevo, otros cinco voluntarios fueron recompensados con la distinción del VOLUNTARIO ESTRELLA, aquellos que han dedicado más tiempo a los demás durante un trimestre, ¡enhorabuena a todos!