Transcurren algunos de los días festivos de nuestra localidad en septiembre, y los agraciados del Programa Vacaciones en Familia preparan su viaje. Tras acompañar a su patrona por el recorrido procesional, se acuestan temprano porque al día siguiente hay que madrugar.

Destino, Punta Umbría y tres horas de camino separan el deseo de la realidad. Una parada en la ruta para reponer fuerzas y aplacar nervios con una tostada de pan de pueblo. El viaje continúa y ya se vislumbran las aguas de las marismas y los verdes pinares.  El recibimiento en el hotel, las espaciosas habitaciones con vistas a la naturaleza y a las piscinas del resort, las comidas con amigos y las actividades con los animadores y monitores, hacen que los afortunados del Programa tengan unas vacaciones de ensueño e inolvidables.

Una semana para olvidar problemas, descansar, hacer amigos y disfrutar de lo que para algunos eran las primeras vacaciones de sus vidas. Un no parar que es contraproducente al concepto de relax, pero todas las familias agradecidas de haber podido tener la oportunidad de disfrutar de un viaja único que, por unos días, les ha llevado a todos a la felicidad.