El sábado 20 de julio nos levantamos sabiendo que estábamos ante la que sería nuestra última excursión como becados. En un autobús lleno de italianos nos dirigimos hacia la capital londinense en un trayecto de hora y media.

Una vez allí, nuestro grupo, encabezado por Esther y uno de los chicos de London School, decidimos tomar una ruta alternativa para visitar rincones no tan usuales de la ciudad. Dimos un largo paseo por la orilla del Támesis y nos adentramos en el famoso British Museo, donde pudimos disfrutar de obras de arte históricas y descubrimientos milenarios como la Piedra Roseta. Nos quedamos con las ganas de contemplar el Grito de Munch, pieza para la cual se debía reservar ticket con antelación, pero igualmente fue una experiencia muy enriquecedora.

Para almorzar descubrimos el pintoresco mercado de Candem Town, donde se divisaban puestos callejeros de comida de todas las partes del mundo; unos eligieron sushi japonés, otros arepas venezolanas, hamburguesas americanas o pollo chino.  Siguiendo con nuestra excursión multicultural, la siguiente parada fue China Town, barrio londinense donde se concentra la mayor cantidad de población y gastronomía asiática de la capital. Después de un breve recorrido por sus calles de farolillos, dispusimos de un rato de tiempo libre que aprovechamos para hacer las últimas compras de souvenirs británicos.

Exhaustos por habernos zapateado Londres desde las nueve de la mañana, nuestra última parada fue la Plaza de Trafalgar, construida para conmemorar la victoria inglesa sobre las tropas españolas en el siglo XIX.
De vuelta en casa, esperamos impacientes y satisfechos a que suene el despertador de madrugada para coger nuestro último autobús, destino aeropuerto.

María Cristina Fatou from London 20/07/2019